El Movimiento

Este Universo es dinámico.
Todo está en contínuo movimiento.
En realidad, nada se para nunca. 
He escuchado muchas veces una frase que me resulta curiosa porque se utiliza como prueba del sentido común de la persona que la pronuncia cuando se tratan temas "esotéricos" -palabra utilizada en estos casos erróneamente- y que barajan los conceptos de energía, percepción, experiencia sutil, interior, alma, sentimiento,... Yo estudié en psicología conductista que cualquier emoción no existe si no puede ser medida, cuantificada y definida, y me encontré en la tesitura de definir exahustivamente una emoción con términos cuantificables si quería que fuera tenida en cuenta por el orden establecido... Vaya, que si no podía definirla a la perfección según unos cánones de "realidad", no existía.

Bueno, pues volviendo a la frase que se dispara de algunos labios cuando se habla de estos temas, me hace gracia porque, precisamente a la luz de los descubrimientos de la ciencia, estas palabras son una contradicción en si misma: "Ten en cuenta que soy muy científic@ y no creo en esas cosas".

En primer lugar, la ciencia es como los ordenadores: tres meses después de habértelo comprado, sale un modelo con  nuevas aplicaciones y, en unos años, la nueva tecnología ya no es compatible con la máquina que te vendieron como la más avanzada de la historia.

 En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, la ciencia evoluciona invalidando contínuamente sus propias premisas.
...
La ciencia ha descrito en el siglo XX que la materia es energía. La energía es vibración en el espacio, así que la materia que se muestra tan compacta, es vibración en el espacio. Nunca estamos quietos incluso, parece ser que nunca nos tocamos. Nuestro tacto es posible porque un campo de fuerza de atracción-repulsión sostiene la cercanía de dos campos vibracionales, ya sean personas, animales, naturaleza, objetos o construcciones espaciales. Estos campos han sido definidos por la física cuántica como "paquetes de energía". Teniendo en cuenta que somos paquetes de energía levitando por el mundo, el hecho de atenernos a la ciencia nos arroja de repente a la necesidad de contemplar la realidad con una nueva mirada. 

El mundo me resulta muy hermoso. La ciencia declara que los colores no existen como tales, son un tipo de vibración que se manifiesta a una determinada frecuencia y eso no me impide considerarlos una de las mejores cosas que existen: los amo, los creo y lleno mi vida de una hermosa ilusión verdadera. La realidad también me resulta muy hermosa. Alguien me podría decir que cómo puedo decir eso con los desastrosos resultados que hemos obtenido como humanidad. Si yo hago una cortina y está mal cosida, no creo que a nadie se le ocurriera echarle la culpa a la bobina de hilo y mi trabajo no privaría de hermosura a la tela. Digo yo que podría deshacerla, aprender a hacerlo bien e intentarlo de nuevo.
...O no, claro, ese es el libre albedrío...

Socialmente, siempre se ha considerado el mundo gobernado por los principios incuestionables de la razón y todo lo que se mueva fuera de esa férrea estructura, es definido como sospechoso y no merecedor de ser tenido en cuenta seriamente por los ciudadanos de bien. La evolución de las ciencias a lo largo de los siglos, contradice esta creencia que ha sustentado, sin embargo, la vida de los ciudadanos "normales" en todos los tiempos.

A la luz de la ciencia, aunque sean dos niveles de la misma realidad, lo que no vemos sería, en todo caso, lo real, porque subyace en todo lo que existe, y lo que vemos, lo ilusorio, ya que es sólo la apariencia de las cosas, la punta visible de una realidad mucho más amplia.

Podemos evolucionar con nuestro tiempo o permanecer impasibles ante las verdades que vamos descubriendo. Me resulta enigmático el hecho de que le demos un Premio Nóbel a un señor y luego no hagamos caso de lo que nos dice. Que se silencien descubrimientos que mejoran y facilitan la vida de todos y paralelamente prevalezca la indignación por los actos terroristas.
Paso una mirada por la sociedad en la que vivo y concluyo que hay que hacer las cosas a lo grande para no ser considerado un delincuente. Si robo en una tienda soy un ladrón, un individuo que merece ser privado de libertad. Si destruyo a un hombre que ha inventado la manera de dar libertad y calidad de vida a sus semejantes, le he robado a toda la humanidad pero sigo siendo un ciudadano respetabilísimo y no pierdo ni una sola de mis prevendas. Si mato a alguien soy un asesino y sería inaceptable que no estuviera recluído, pero si invado un país basándome en mentiras y mueren miles de personas inocentes, sigo ostentando mi cargo o puedo retirarme con mi futuro bien cubierto ya que soy un ciudadano de bien, hice por mi país lo que creí justo y puedo añadir "la historia  me dará la razón", a sabiendas de que la historia se olvida.


Tal vez podamos aprender  a mirar cómo se comporta la vida para estar a la altura de su infinita hermosura y sabiduría.

                                 
  CHI-KUNG 
Eso intentaban hacer los chinos y otros pueblos con sus conocimientos milenarios, antes de que la ciencia "descubriera" lo que ya era obvio para ellos. Observando la naturaleza se dieron cuenta de que todo en ella se comporta de la manera más eficiente en cada momento. 

Recuerdo el día que bajé hasta la rotonda que conduce al Palmar y descendí por debajo del puente para escoger algunos brotes de geranios silvestres. Nunca había visto unos geranios tan grandes ni había contemplado el paisaje desde allí. La torre, el campo, la arena, el agua y el cielo, una postal inolvidable para mi que, incrustada en la tierra, sentía el frío de febrero sobre las mejillas. Muy pocos días después, en la ciudad, me encontré con el chi-kung, así como si nada, pues yo no había escuchado hablar en mi vida de aquello, el arte de trabajar la energía, ni tenía idea de qué se trataba. No sé por qué aquel anuncio me llamó. Incluso fui a un centro bastante conocido para  informarme y la chica me dijo que estaba bien pero que hiciera un taller de risoterapia, que era más interesante.

Pero aquel anuncio me había llamado y, como todas las magias de la vida, se convirtió en un tren imparable, no me podía imaginar hasta qué punto.

Me gusta viajar y conducir. Subirme en los trenes que me resultan cómodos y excitantes. Claro que si yo conduzco, me gusta más. Creo que la vida es un viaje magnífico, un misterio para ser experimentado y nunca he descubierto nada más apasionante que vivir mi propia vida. 
El Chi Kung es una experiencia individual que, sin embargo, te abre al mundo. Utilizando las palabras de mi maestro, es una de las mejores cosas que he hecho en toda mi vida.


 El Arte de trabajar la Energía


Cuando llegué a aquel gimnasio aún no sabía que iba a conocer a un gran maestro... Claro que habrá muchos repartidos por el mundo, pero hasta ese día, yo no me había encontrado con ninguno en persona...
Sifu, le llamaban, que significa Gran Maestro en chino. Venía de Malasia, Sifu Wong Kiev Kit, y nos enseñó con sencillez tres ejercicios completos. Como me habían comentado con anterioridad, eran simplemente tres movimientos. Más adelante, después de experimentarlo en mi práctica, pude comprobar que con uno sólo de esos ejercicios hubiera tenido para el resto de mi vida.
Allí hacia un frío que pelaba, pero mi experiencia fue muy gratificante... Claro que pensé, "...cuando se vaya este hombre y me quede sola, seguro que no será lo mismo..." 
Al día siguiente, practiqué en solitario la primera técnica que el maestro nos había enseñado y me quedé sorprendida, pero en un sentido que yo no me hubiera podido imaginar  porque, efectivamente, no fue lo mismo, ...fue muchísimo mejor!!!







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